Oficialmente, ya estamos en verano, y con él todas esas cosas buenas que hemos esperado durante el frío invierno. Quitarse ropa y lucir más carne, levantarse tarde, disfrutar de una cervecita en una terraza frente al mar, respirar hondo y notar la brisa en el rostro, no hacer nada de nada… Pero desgraciadamente, el verano tiene una cara oscura, y no estamos hablando de aguantar a la suegra durante un mes seguido. No. Nos referimos a cómo un mal uso del astro rey puede perjudicarnos a corto y a largo plazo.

Y es que con la llegada de la época estival nos morimos por lucir moreno natural cueste lo que cueste, y aquí está el error. ¿Podemos tomar el sol? Por supuesto que sí, pero de una forma adecuada y sin olvidar los efectos que un mal uso del sol pueden ocasionarnos.

  1. Quemaduras en la piel.
  2. Envejecimiento prematuro evidenciado por las manchas y las arrugas de la cara.
  3. Dilataciones vasculares.
  4. Lesiones varias muy nocivas para nuestra salud y que pueden convertirse en un verdadero problema (melanoma, carcicoma, etc.)

En Derbós, queremos que pases un verano genial y por eso te damos una serie de prácticos consejos para broncearte de una forma sana y natural evitando cualquiera de los problemas que te hemos mencionado más arriba. Toma nota!

– No exponerse directamente al sol. Es ideal alternar entre sol y sombra utilizando sombrillas, árboles, toldos, etc.

– Utilizar ropa o complementos que nos protejan del sol directo (camisetas, pareos, gorras, sombreros, pañuelos, gafas de sol, etc.).

– Imprescindible,  utilizar siempre una protección solar adecuada.

Pero, ¿cuál es la protección adecuada?

Los rayos del sol son nuestros grandes enemigos durante el verano, y es que penetran a través de los tejidos (ropa, sombrillas, sombreros, etc) y cristal (gafas de sol).  De ahí la importancia de usar un protector con un factor de protección (SPF) adecuado.

Actualmente, lo ideal es no bajar de un SPF 30, ya que menos, no nos asegura una protección óptima para nuestra piel o la de nuestra familia. Además, no solo es necesario aplicarlo, al menos 30 minutos antes de bajar a la playa para que haga efecto (según qué protectores este tiempo puede variar), sino que hay que volver a embadurnarse cada dos horas para protegerse adecuadamente.

Este cuidado de la piel debería convertirse en todo un hábito desde pequeños, a través de una correcta formación y educación sobre los peligros del sol en nuestra piel, tal y como se hace con la importancia de lavarse los dientes todos los días, o de peinarse al levantarnos.

Así que cuando vayas a hacer la maleta, lo primero que debes poner en ella es un buen protector solar para disfrutar más y mejor del sol, y vivir un verano al 100% con toda tu gente…